En el móvil aparece un nombre con el que no me apetece hablar, mi jefa. Es viernes, las seis y pico de la tarde y estoy paseando por el centro. El día ha sido tan bueno que una llamada así es lo que va a equilibrar la balanza. Después de un suspiro de resignación descuelgo.
– Hooola Inma. Diíiime. – le contesto.
Ya estoy resignado. Cualquier solicitud o pregunta será contestada afirmativamente. No está Rafa y más o menos me comprometí a que, en caso de cualquier cambio, contasen conmigo. Mi cara abatida va pasando a otra de sorpresa y por último a una de euforia. Por supuesto la respuesta es SI.
– ¿Quien era? – Me preguntan
– Mi jefa.
– ¿Y te pones así cuando hablar con tu jefa?
– A veces. Y tú… ¿Quieres ir al concierto de Fito?
"Ha sido divertido, me equivocaria otra vez… quieres bailar conmigo, puede que te pise los pies… soñarçe solo porque me he quedao dormido, no voy a despertarme porque salga el Sol, ya se llorar una vez por cada vez que rio, no se restar, no se restar, tu mitad o mi corazçon…"
Jo… yo también quiero ir
Lo del concierto de Fito estuvo de puta madre. Además eso de encontrarte las entradas así, paseando por Cruz Conde, como colofón a un día genial… Vamos, que la voy a tener que querer gratis.