
El vástago pide como si le hubiese hecho la boca un fraile. Pero de vez en cuando se marca algún detalle y se curra un regalo. Esta vez, sabiendo que el Súper es uno de mis favoritos, se ha mareado buscando Kinggom Come. Me lo presenta como regalo de reyes y por lo bajini me recuerda que tengo que terminarlo pronto para poder leerlo él (A partir de ese momento, tendré que volver a pedirse por tiempo limitado y verlo solo en sus estantería.)

El caso es que el cómic es espectacular. Imagina que tienes una novela tipo La Iliada, La Eneida, Cyrano, Los tres mosqueteros, una de esas que te han marcado. En la que deseas con pasión convertirte en el personaje. De las que sabes que la cosa puede acabar muy mal pero no tienes mas remedio que seguir leyendo. Algo de esto pasa con Kingom Come. Pero además es como si al lado tuvieses uno de esos catálogos del museo del Prado o del Louvre. (Quizá exagero). Y es que cada página del cómic es una obra de arte. (Ahí si que no exagero.)

El caso es que me he encontrado con lujo de edición. Ya me han preguntado dos o tres veces si lo he acabado. ¡Por su puesto que lo he acabado! Ahora lo difícil será decirle adiós durante un tiempo. (Mucho tiempo me imagino.) Pero me da comba para volver a la estantería de los comics del primogénito y arramblar también con los tres o cuatro nuevos que se ha conseguido de Dardevil.
Quid pro quo.
Quid pro quo
Yo dejo la estanteria, tu alguna aportacion de vez en cuando😜
Esperando a Batman y a Lobezno para próxima semana.