Fahrenheit 451

– Se llama proyecto hombre-libro. – Dijo LyL.

– ¿Ennnhhhh? – Preguntaron al unísono mis acompañantes.

– ¿Como el de Bradbury? – Pregunté yo.

– ¿Cómo? – Me preguntó LyL.

– ¿Si tiene que ver con el libro de Bradbury? Hace tres años o por ahí, se hizo en Córdoba. Pero creo que no tuvo mucho éxito. No sabía que también lo hacían en los institutos.

– Es algo que hacen en Málaga. Tienen que aprenderse un libro de memoria. – Me comenta LyL.

– ¿De memoria? – Otra vez al unísono mis acompañantes.

– ¿Pero serán libros cortos, no? – Pregunta GeH.

– Pues no se… algunos serán solo capítulos. ¿No van a aprenderse el libro entero, no? – Comenta Mat.

– Hombre, si es como Fahrenheit, si tiene que aprendérselo. – Le contesto.

– ¿Cómo que?

– Como Fahrenheit 451. El libro de Ray Bradbury. En la película cuando le están presentando al bombero a los hombres-libro se les acerca una chica y le comenta que se ruborizará cuando le diga su nombre. Por que el nombre de cada uno es el libro que llevan en la memoria y la chica se llama Justine.

– …

– …

– …

– Justine… El libro del Marqués de Sade. ¿No lo habéis leído?

– ¡No! – Otra respuesta al unísono.

– Pero sabéis lo de los hombres libro, ¿no? ¿No habéis leído el libro? ¿Ni siquiera habéis visto la película? La de Truffaut.

 

– ¿La qué…?

– ¿De verdad que no os suena? – les pregunta LyL. Que está igual de sorprendida que yo.

– Pues no.

– Bueeenoooo… ¿ooootraaaa cercecita?

– ¡Venga! – La última respuesta colectiva.

 

Y todo esto tendría su gracia si no fuera porque mis acompañantes serán los encargados de dar clases a mi vástago.

Esta entrada fue publicada en Entretenimiento, Relatos. Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a Fahrenheit 451

  1. Vanessa dijo:

    Pues nada…en fín…un buen día, no?

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.