Acabaron las vacaciones

   ¡Madre de Cristo Santo! ¿Desde el día treinta no había
escrito chorradas por aquí? ¿y encima a las cuatro y media de la madrugada?
¡Joder! Lo mío es grave.

   Bueno, intentaré ponerme al día. Vamos a ver, vamos a ver…
lo último que escribí fue una lista de regalos, eso fue después de mi cumple
que me dio por celebrar como una boda gitana, lo menos tres días cayeron y cada
uno mejorando al otro.

   Hablando de bodas: La boda de Noelia y Juanito fue ese mismo
día, el treinta, que por cierto… aún no me he llegado a por la invitación.
¡Cachis! Me esperaré a que vengan del viaje. El caso es que la boda estuvo
bien. Juan Pablo y yo, que éramos los únicos desparejados, le pedimos a Noe que
nos pusiera en la mesa con sus amigas guapas. Fue imposible. No por que desentonáramos
en la mesa, o que los gustos fuesen distintos, o… a saber. Fue imposible por
que allí no había niñas guapas. (Esto me va a costar un tirón de orejas, así
que evito comentarios de JP, sobre barbies y barriguitas, para que no pase a
una hostia colectiva.) El sitio estaba genial, los novios guapísimos, los
padres de los novios encantadores, y la ceremonia fue preciosa, o al menos eso
me dijeron por que yo me quedé en el patio fumando. No recuerdo que comimos,
pero si de lo que hablamos: Política, Iglesia y Toros. Es lo que tiene estar
entre amigos, puedes hablar de todo, incluso de las cosas que sabes que es
mejor no hablar. Así que, como de costumbre, terminamos discutiendo. ¡Que nos
gusta discutir a nosotros! Entre Ara, JP, Ricky, Diego, Tanti y yo… le dimos
un repaso a todo. J Vacas, de mediador, y los demás… aguantando el tirón.
Dependiendo del tema, unas veces me tocaba rebatir los argumentos acompañado de
JP, otras con Ara, otras con Tanti. Con Diego no suelo coincidir. Lo dicho, la
hostia de entretenido, aunque los demás se extrañaban un poco de tanta
discusión. Que le vamos a hacer.

   A partir del treinta y uno, bueno… me llegó una
proposición que me habría encantado aceptar pero acababa de cambiar al chip
padre. Tenía que recoger a Rafa que me ha traído la sensatez que pedía como
regalo. Kilo y medio exacto, creo que la gastaré toda en estos días que está
conmigo. Así que después de besos y abrazos, he vuelto a afeitarme, al día
siguiente cogimos rumbo a Huelva.

 

Niños, lecturas y juegos. Esa ha sido la tónica general en
Isla Cristina. Irme solo con cuatro bichos a la playa no ha sido tan traumático
como pensaba en un primer momento. No, no es que haya sido traumático, es que
me lo he pasado muy bien. Por su puesto roces, de colores, con todos, con quien
más… con Rafa. Es una de las ventajas de tenerlo ahora más días, no se va al
siguiente y no te queda otra que llevarte bien. Te da tiempo a explicar, a
entender y a ejercer de padre más que de compadre. 

   La play no es mi fuerte, así que las tardes aprovechaba para
leer mientras estos estaban en la piscina o jugando. Tierra Firme de
Matilde Asensi, Pudor de Santiago Roncagliolo, y, por fin, ¡por fin! Ensayo
sobre la lucidez,
 de Saramago. Esos
libros son los que han caído en esos días. Con lo que me gustó Ensayo sobre
la ceguera
y lo poco que me ha gustado este. Los juegos… ya digo, la play
no es mi fuerte pero de vez en cuando está entretenida, me mataban el primero
eso si. Además en la playa da tiempo a todo, a hacer castillos, o murallas, a
destrozarte el empeine jugando al fútbol en la playa, a hacer el ganso con las
olas. Y eso sin contar la piscina, que ha tenido su aquel y el partido del
viernes. ¡Joder ese si que estuvo bien! Otra vez salí con la mano derecha hecha
leña. Y es que va a ser verdad que hay cosas para las que uno no tiene edad.

   Si tengo que ponerle algún pero a mi estancia en Isla
Cristina es: la cocina. Este año MPepa ha conseguido meterme ahí alguna que
otra vez, Dani se sale con la suya de vez en cuando y tambien lo consigue, pero
cinco días seguidos, desde luego eso solo lo consiguen los niños. Luego jode,
por que ni siquiera te dejan experimentar en plan Arguiñano. Nada de
vilguerías. Lo de lucirte en la cocina, para otro día. Con estos solo vale
lo básico. Durante ese tiempo y para ir recuperando parte del hígado he estado
de abstinencia. Aunque el viernes, en cuanto llegó Trini y Quini hubo que
dejarlo. Algo prudente, para no desentonar. Solo cervecitas, ni whisky ni
bebidas destiladas he tomado desde hace tiempo.

   Otra cosa en la que me ha cundido es en escribir. Muchas
tonterías, algunas… mejor no ponerlas a luz. (Más tirones de orejas.) Lo
mismo con tiempo van saliendo. La mayoría de lo que he escrito ha sido de los
niños, de lo que íbamos haciendo, de lo bien que se estaba en la terraza con la
brisita o en la playa con la música y mirando el mar, de la gente que
recuerdas, quizá algún micro, algún desvarío, chorradas, como siempre. Más que
nada para ser consciente de lo que hay o deja de haber.

 

   Luego… para Córdoba. Parada técnica antes de volver a recoger
equipaje y salir para Torre del Mar. Lo de dormir… ni si quiera lo he perdido
allí. ¿Cómo hacía yo para dormir solo cinco horas y seguir vivo? En vacaciones,
el día que menos he dormido puede haber sido alguno de siete horas. ¡Impensable
hace un mes!

   Más lectura en Torre. Ahí ha caído La estrategia del agua,
de Lorenzo Silva. Me encantan los libros de Bevilacqua, este se lo tengo que
recomendar a J Vacas. Me llevé Rabos de lagartija, de Marsé, pero ahí
sigue. Ya caerá. En esos días de playa me llamó la atención que confundía los
días. ¡Que bien eso de no saber en que día vives! Normalmente tengo un control
muy bueno del tiempo, pero me encantó darme cuenta que no lo necesitaba. Lo
mejor, sin lugar a dudas, ha sido poder estar con los Jiménez Gil. Con estos
coincido menos y a Efrén… ¡Joder! ¡Llevaba mucho tiempo sin hablar con Efrén!
Que por cierto fue con quien terminé de parranda el día de las Perseidas. Me
pilló en un chiringuito de playa, mirando el mar. Bueno… esto no es cierto
completamente, primero estuvimos de cervecitas, después nos fuimos a un pub y
para acabar, tocaron dos chiringuitos. En uno si… en uno miraba el mar, vi
dos estrellas fugaces y me dio tiempo a pensar, bueno ya l o tenía pensado, un
deseo. En el otro ni estrellas ni hostias. Había unas tías que estaban buenas
del copón. Ahí las estrellas estaban en la barra con minifalda corta y tacones
altos. ¡La leche, vamos!

 

Ayer, después de un cambio de  planes de última hora terminé pasando por Lucena. ¡Con lo que a
mi me gusta! Pero bueno… Rafa vio a su madre, a sus abuelos y terminó pronto
la visita. Después… a no dar un palo al agua. Así hemos dado las últimas
veinticuatro horas. Que tampoco está mal. Solo hemos salido a comprar el pan y
algunas cosas, aquí había poco para comer. Me hubiera gustado hacer una foto de
Córdoba desértica, de Córdoba con una calor insoportable, pero no ha podido
ser. Cuando hemos salido hacía airecito, el Parque para eso es genial,  y además con la historia de la ciudad de los
niños, había gente. ¡Coño que se estaba bien en la calle! Así que solo me ha
salido una foto de una señora llevando un carrito de niño con sombrillita roja
y un video de cómo cantan las chicharras.

   Ahora… empieza la segunda parte de agosto.

   ¡A divertirse! En casa estamos en ello.

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2 respuestas a Acabaron las vacaciones

  1. Teresa dijo:

    ¿Está bien Tierra firme, de la Asensi?ya he leído de ella "Iacobus" y un par más y me gustaron bastante.Yo tengo libre la semanita que viene. Quiero ir una tarde al teatro con mi enano (a ver a Yllana, que son humoristas de esos que con los gestos te partes de risa, como Triclicle)Y al cine, y de compras a las últimas rebajas… y a lavar el coche… y darle una vuelta de más a la cocina, que falta le hace, y dormiiiirrrrrr sin prisas

  2. Francisco J. dijo:

    Está entretenido Tesa, y tiene varias partes, la segunda es Vengaza en Sevilla, y la tercera… por sacar. "Iacobus" es lo mejor de esta mujer, y si acaso… "El salón ámbar" que podía volver a retomarlo como si fuese una serie. Tu enano te saca una cabeza, ¡ya te vale! En el botánico estuve el miercoles con el mío y nos jartamos de reir con unos cuentacuentos. Entre las cosas pendientes apuntan un tranquimazin, que me da que te hace falta.

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