La Comuna

            El domingo  la tarde fui a llevar
a Rafa a Lucena. ¡Que mal se me da Lucena! A la vuelta con el coche ya venía
encabronado. Así que terminé en casa y sin luna a la que poder contarle y esperando que se conectase alguien en el Messenger. ¡Que pena de vida cuando tu
alegría tiene que venir por un puto muñeco azul! Música, fotos, y alguna chorrada
enviada por mail es lo único que conseguía en claro. Entonces aparece el Agu:

            – tito
fraskiiiiiii

            Saludo
inicial de este niño. Con casi las diez y media, una hora buenísima para
haberme cortado las venas pero este lanza una propuesta.

            – Vámonos a la calle.                                                        

            Dicho y
hecho, en veinte minutos lo tengo llamando al móvil. Arreando con el coche para
el centro. Los dos estamos más perdidos que un japonés sin cámara de fotos.
Llevaba años de no salir en ese plan un domingo. Entre el agua que ha caído y que
son cerca de las once, en el centro no se ve un alma. Vamos directos al Long
Rock… ¡mierda! No se abre los domingos. Sin problemas, el
Góngora está a la vuelta. Nos metemos allí y en la barra hay tres tías con una
pinta de loba que nos asusta. El Agu se nota que sigue siendo un yogurín aunque
se deje barba  y a estas tres le falta la cuchara. Alguna creo que va insinuando
que ella come con los dedos, no me extrañaría con esa pinta. Un cubatita y
salimos por piernas del ese antro con pretensiones de centro cultural y más
hortera que una joyería de nonainos.

            El centro
esta precioso, pero nosotros queremos juerga así que empezamos a hacer memoria
de antros y locales antiguos. El Goldem ya no es lo que era,  ahora se llama Cúpula y desde luego no estan
ni los borrachos ni las puretas de antaño. Lo de “puretas” es un término acuñado
por mi acompañante para designar a todo el que tiene dos días más que yo. El
cabrón no me lo dice abiertamente pero lo insinúa. Pateando media calle,
recuerdo “La Comuna”.

            – Nos
pasamos antes de ir a alguno de doce de octubre o como último… el vial.- le
digo resignado.

            Y entramos
en el bar. Poca gente, tres parejas en la esquina, el portero con su novio en
la otra punta de la barra, y… ELLA.

            A partir de
ahí, el Agu movía los labios pero yo no lo escuchaba. Fue un flechazo. Morena,
el pelo rizado, una camisa que enseñaba un escote encantador, y encima
simpática. Guapa del todo ¡vamos! Cuando le dije al niño que me había
enamorado, el tío cafre lo único que dice es:

            – ¡Esta
gorda!

            – ¡Goooorda!
¿Pero tú eres gilipollas? ¡Está buenísima! ¡Vale que no es una de esas niñas
anoréxicas que os gustan a Carlos y a ti, pero la tía está de puta madre!

            – Y es
bajita…

            – A ver
Agu, ¿me voy a tener que cagar en Camarón?

            Entonces el
Agu comprende que se está pasando para que le haya mentado al "Dios" de la Isla  y me lo deja pasar. La tía se enrolla, estuvimos de charla con ella,
ponía música en condiciones, hasta le puso al niño lo que quería, excepción del concierto en directo de Camarón en Paris que en un pub roquero no se encontraba. Pasamos a la cerveza cuando me di cuenta que
tenía el botellero justo debajo y la camisa se abría cada vez que cogía una. A
partir de ahí solo volví al whisky, perdón, al bourbon para brindar por ella
con el portero y su novio.  

           

           Y nos
dieron las doce y la una, y las dos y las tres… pero no había luna que nos
encontrase desnudos al anochecer, como decía Sabina. Así que… mejor volver a
casa por que volver a enamorarme de una camarera es totalmente
contraproducente, tanto para mi bolsillo, como para mi corazón, como para mi
hígado.

            Lo de volver
a enamorarme… me da que va a ser complicado, pero a la Comuna… ¡eso es fijo!

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7 respuestas a La Comuna

  1. Lucía dijo:

    Ayyyyyy, enamorarse casi siempre es contraproducente para todas esas cosas y alguna más. Pero, Francisco ¿Que sería de nosotros si dejamos de cometer la locura de enamorarnos? Enloquece chico… ¿Para que queremos la vida?

  2. vanessa dijo:

    Fran, me llevas a La Comuna un dia de la semana que viene?… Es que hace tela de tiempo que no voy!!!

  3. Francisco J. dijo:

    Lucia… ¡me has convencido! Aunque yo para esas cosas… soy fácil.Vanessa, la semana que viene, o esta, o voy esta y te lo preparo para la próxima. ¿Hoy es miercoles, no? ¡Que día más bueno para tomarse algo!

  4. Irene dijo:

    Yo he ido muchas veces, pero claro llevo tod este año sin ir, creo, que las piernas de mujer que salían deuna columna ya no están, =(

  5. Teresa dijo:

    Las bajitas regordetas también tenemos nuestro público.Cachis…

  6. Jose dijo:

    Hacia mucho que no te leia, felicidades, muy buenos tus relatos Abrazos pureta!!

  7. Francisco J. dijo:

    ¡Pepaaaaa! La noche blanca me vas a pillar liado. Pero tu cumple está a la vuelta de la esquina. Nos vemos. Cuidate.

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